Dice un refrán mexicano: "Bonito es ver llover y no mojarse".
Algo tenía que hacer mi esposa y me quedé a esperarla dentro del auto. Recién comenzaba a llover.
Desde el asiento del copiloto, yo no conduzco, me entretuve mirando el mundo a través de las gotas del agua que resbalaban en el parabrisas.
Y no tardé demasiado en experimentar con la cámara (¿entonces para qué la trae uno en ristre?) y salieron algunas fotos interesantes.
Esta que comparto con ustedes me ha gustado bastante. Sin Photoshop; solo disparar y ya. Aqui la tienen pues.
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