Apunta entre otras cosas que el único ganador con la nueva dirigencia, entre los precandidatos presidenciales panistas, es Santiago Creel.
Ramírez Cuevas pinta así a Manuel Espino:
El nuevo presidente nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos, está identificado con la ultraderecha mexicana. Tiene fama de duro y de pragmático; más que ideólogo, es un operador político eficaz, cuya principal divisa es la de imponer disciplina.
Se sabe que durante el tiempo que fue Secretario General del CEN panista, Espino actuó con extrema disciplina en los conflictos internos. Y más que eso, la impone, como bien dice la cita.
El texto también apunta que la nueva composición del CEN blanquiazul es un muégano de ultraderechistas y derechistas. Y no es de extrañar que se refugien en el PAN, llevan años buscando la forma de apoderarse de ese partido, contra la voluntad de los panistas "históricos".
Lo cierto es que la renovación de la dirigencia y las tensiones naturales causadas por la lucha para conseguir la candidatura presidencial tienen al PAN en un estado de crisis que podría desembocar en una ruptura.
El problema no es que se parta el PAN, sino que las fracturas internas de un partido terminan siempre por agredir a la sociedad, que tiene que atenerse a lo que los dirigentes partidistas decidan, siempre según sus intereses y a espaldas de los de los electores.
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