En e-periodistas, Ramón Salaverría comenta algo que a mi también me parece odioso: visitar la página de un periódico y leer una noticia que comente un nuevo servicio digital, pongamos un buscador o la nueva web de una cámara digital y no encontrarte el enlace por ningún lado.
Claro, el enlace no está porque eso llevaría tráfico a ese otro sitios, desde la web de ese periódico.
Es la misma premisa que prohibe mencionar marcas en la redacción de las notas o en los comentarios que se hacen en un programa de radio o televisión.
Siempre en contra del espíritu primordial del lenguaje base de la internet, el hipervínculo. La posibilidad de adentrarse en otros mundos, en otras informaciones, en otros debates, en otras reflexiones, castrada por la miserable y envidiosa postura de no engordar caldos ajenos haciéndoles publicidad gratuita.
Y peor, cuando lees un periódico o revista en su versión impresa y te hablan maravillas de una web y ni por equivocación te dejan el enlace al pie del texto o en un recuadro.
Desinformación pura. Rodeos hipócritas. Primitivismo puro en un mundo globalizado.
Como Salaverría, no voy a dar ejemplos, basta abrir casi cualquier página web de un periódico o revista o adquirir la versión impresa para comprobarlo.
Algo tienen en la cabeza los editores. Y no es, precisamente, sentido común.
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