Antes que periodistas, somos ciudadanos, y antes, aunque no parezca a veces, somos humanos. Nos enoja el abuso del poder, nos duelen los agravios y hacemos nuestras las desesperanzas de la gente.
Se siente rabia e impotencia cuando escuchas el cinismo de los gobernantes. Oleadas de ira le recorren a uno el cuerpo cuando escucha tanta estupidez.
Escribo lo anterior después de leer lo que hizo un colega iraquí:
Este domingo, en una gira de despedida por Irak, el presidente George W. Bush se vio forzado a agacharse para evitar ser golpeado por unos zapatos del número 10*.Esta Plaza suscribe enteramente la Rayuela de La Jornada
La conferencia de prensa conjunta de Bush con el primer ministro iraquí Nuri Maliki se vio bruscamente interrumpida cuando un periodista local llamó “perro” en árabe al estadunidense y le arrojó un zapato desde ocho metros de distancia.
Bush se agachó, el zapato voló sobre su cabeza y se estrelló en la pared, detrás de él. Cuando el segundo zapato surcó el aire, Maliki hizo un valiente intento de interceptarlo mientras agentes del servicio secreto se ponían en acción y sacaban del salón al atacante, que vociferaba y pataleaba.
Bush se encogió de hombros nerviosamente y trató de bromear: “Estoy bien. Todo lo que puedo reportar es un número 10”. Más tarde volvió a esforzarse por minimizar el incidente. “Es como ir a un mitin político y que la gente le grite a uno”, dijo.
El presidente llegó a Irak en las primeras horas del domingo, en lo que se presentó como su viaje del canto del cisne a este país. El próximo mes entregará el poder a su sucesor, Barack Obama, quien ha prometido retirar las fuerzas estadunidenses de Irak. “Me siento muy agradecido de tener la oportunidad de volver a Irak antes que termine mi presidencia”, expresó Bush.
En la cultura árabe, lanzar un zapato a alguien es una grave manifestación de desprecio y constituye una muestra de la prevaleciente indignación en Irak. La frase gritada por el atacante, quien había recibido el visto bueno de los agentes de seguridad, se puede traducir libremente como “¡Ahí te va un beso de despedida, perro!”
La visita de Bush coincide con la filtración de un borrador del primer informe federal oficial de la reconstrucción de Irak. El documento revela enormes anomalías en la operación de reconstrucción posterior a la invasión, que ha tenido un costo de 100 mil millones de dólares, junto con extendidos fraudes y dispendios en el Pentágono.
En un pasaje, Colin Powell, ex secretario de Estado, acusa al Departamento de Defensa de “inventar” cifras de soldados en Irak, diciendo: “¡El número saltaba en 20 mil elementos en una semana!”
*Equivale al 28 en México (N del T)
Lo sorpresivo no fue la visita de Bush a la masacrada Irak, sino el valor y el coraje del colega iraquí.
La Jornada | Periodista iraquí llama perro a Bush y le avienta sus zapatos en señal de desprecio
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