Vox populi, Vox Dei (la voz del pueblo es la voz de Dios) dice una famosa sentencia, que viene como anillo al dedo para referirse al juicio popular que contra los hijos de Marta Sahagún se ha enderezado, apuntalado por abundantes pruebas y comisiones de diputados.
En este cartón, Hernández ha sintetizado, con maestría, el clamor popular que desea ver tras las rejas a los entenados de Vicente Fox:
La jiribilla del cartón es un codazo al presidente mexicano Felipe Calderón, quien recién comenzado su sexenio se disfrazó de militar y el 16 de septiembre pasado vistió a sus hijos con uniformes militares también.
En enero pasado estuve en Puerto Vallarta y me llamaron la atención dos altas torres de apartamentos en condominio que se construyen en mitad de la zona hotelera, justo en la desembocadura de un río.
Pregunté a reporteros de esa playa jalisciense y me dijeron que eran propiedad de los hermanos Bribiesca Sahagún. También dijeron que no había documentos a la mano para documentar el rumor, cuya veracidad, según pude investigar, se perdía en una maraña de empresas asentadas en Jalisco, Distrito Federal y Guanajuato.
Por hacer plática, le pregunté a un taxista quién estaba construyendo dichos edificios. Tan tranquilo me respondió que eran de los hijos de Marta Sahagún. Y así por el estilo cuando cuestioné a funcionarios, meseros, etc.
Es otra ronda mas del círculo vicioso del poder en México: usar el gobierno para enriquecerse. Con los dedos de una mano cuentas los políticos que no han abusado de un puesto para salir de pobres, al tiempo que dejan en la miseria al país.
Visto en La Jornada
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