El miércoles 20 de abril, en el Teatro del Pueblo de la Feria Nacional de San Marcos, en Aguascalientes, México, estarán los gitanos de Taraf de Haidouks.
En La Jornada, Juan José Olivares reseña parte de la trayectoria de la banda.
Apuntes sobre Política, Periodismo, Fotoperiodismo, Literatura, Computación (Apple Mac), Internet, Cine y la vida en general.
EL VIERNES POR la noche fue asesinado a tiros el propietario del diario La Opinión, de Orizaba, Veracruz, por un comando que se dio a la fuga. Es el tercer periodista victimado en una semana. Primero cayó abatida por una ráfaga de balas la reportera Guadalupe García Escamilla, del programa de noticias de Estéreo 91, en Nuevo Laredo. Sobrevivió al ataque, sigue en condiciones muy críticas. Por otro lado, ayer cumplió una semana desaparecido el reportero de El Imparcial, de Hermosillo, Sonora, José Alfredo Jiménez Hernández. La organización Reporteros Sin Fronteras expresó su gran preocupación por la vida del colega. Hay una búsqueda intensa en todo el territorio sonorense. En esas andanzas la policía halló los cadáveres de otras tres personas en las cercanías de Sahuaripa; no se les ha identificado. Aparentemente no hay conexión entre los atentados contra los comunicadores. Pero en el tenso clima político que vive la República es inevitable que nos hagan pensar en una realidad: los periodistas en México pueden ser asesinados, baleados o desaparecidos con total impunidad. ¿No sienten que estamos regresando a los viejos tiempos?La cita es de la columna Domingo de Enrique Galván Ochoa, en La Jornada.
Alfredo no anda armado, sólo tiene la pluma, dice su padre
Elimparcial.com
HERMOSILLO, Sonora.- A quienes tengan en su poder a Alfredo Jiménez Mota,
sólo una cosa les piden sus padres, que lo regresen con vida.
Con el semblante duro para no mostrar debilidad ante su familia, José Alfredo
Jiménez Hernández, padre del reportero Alfredo Jiménez Mota, quien el sábado
desapareció, comunicó su preocupación por no saber dónde se encuentra su hijo.
Frustración, dolor e impotencia, son los sentimientos y sensaciones que embargan
a Jiménez Hernández y a su esposa Esperanza Cota, así como a su hija Leticia, de
26 años, hermana de Alfredo.
"... sentimos frustración, dolor, impotencia, por no saber dónde está (Alfredo),
si ya comió, si durmió, por cómo lo tratan o por si huyó al darse cuenta que
estaba en peligro", manifestó, "siempre nos ha tratado de proteger, no nos dice nada.
"A quienes lo tengan detenido les pedimos que nos lo regresen con bien, a nadie
le deseo que estén en mi lugar, es muy duro, pero uno es fuerte por su familia,
pido que no me lo lastimen, no anda armado, sólo tiene la pluma", murmuró.
El afligido padre de familia agradeció todas las muestras de solidaridad y
disponibilidad de apoyo que el gremio periodístico de Sonora y Sinaloa le han
manifestado, sobre todo de esta Casa Editorial y las autoridades estatales.
Recomendación de un padre
Como un padre que ama a su hijo, don José Alfredo siempre le recomendó a su
primogénito que se cuidara y que anduviera a la defensiva.
"Él (Alfredo) todo el tiempo andaba a la defensiva, le aconsejaba que no
dejara pasar nada de lo que ocurría a su alrededor y que no tratara de
atacarlos tan seguido (al crimen organizado)", explicó.
Con el rostro entristecido recordó que en varias ocasiones le decía que no
quería que fuera otra estadística.
"Le decíamos que cambiara de sección, que se fuera a deportes, a espectáculos
o política", dijo, "pero no lo convencimos, a él le gustaba o le gusta la
policiaca".
Cuando estaba en Sinaloa, en El Debate (periódico estatal) tuvo problemas
con lo que escribía, recordó su padre.
"Le llamaban los emisarios de los narcos, pero hasta ahí, le decían que le
bajara dos rayitas, incluso llegaron a ofrecerle dinero y nunca aceptó",
señaló.
Conciente del peligro
Alfredo Jiménez, de acuerdo a su padre, estaba conciente del peligro al que
se enfrentaba al especializarse en temas de narcotráfico y seguridad pública,
pero era la línea que le gustaba trabajar, estaba convencido de ello.
Ya sea en Sonora, Sinaloa o cualquier otro lugar en México o incluso Estados
Unidos, le fascinaba trabajar en este tema.
"... él está conciente de que podían matarlo, él nos protegía mucho, el teléfono
de nosotros ni a EL IMPARCIAL se lo entregó", mencionó, "me gustaría quedarme
aquí (Hermosillo) para buscarlo, pero no conozco.
"Si supiera donde lo tienen ahí estaría, a parte de hijo es un gran compañero,
un amigo, cuando cumplí 52 años yo estaba en Nogales y fue hasta allá a estar
conmigo, me duele, nunca me dejó abajo, ese era su dicho", comentó.
Después de fumarse tres cigarrillos por los nervios que lo agobia, añadió que
ya no tiene con quien platicar como lo hacía con él.
"Somos una familia pequeña y nos la desbarataron estas personas que se lo
llevaron", agregó casi resignado.
Tristeza en la Santa Sede por la muerte de Terri Schiavo
Reacción del portavoz vaticano y del presidente del Consejo Pontificio de la Justicia y la Paz
CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 1 abril 2005 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha expresado oficialmente tristeza por la muerte de Terri Schiavo, la mujer con daños cerebrales a la que se ha dejado morir de inanición por disposición de la Justicia estadounidense a petición de su marido.
En la tarde de este jueves, Joaquín Navarro-Valls, director de la Oficina de Información de la Santa Sede, reconoció que «las circunstancias de la muerte» «han entristecido justamente las conciencias».
«Se ha interrumpido una existencia --afirmó en un comunicado el portavoz vaticano-- . Se ha anticipado arbitrariamente una muerte, ya que nutrir a una persona no puede considerarse nunca como ensañamiento terapéutico».
«No cabe duda de que no se pueden admitir excepciones al principio del carácter sacro de la vida desde su concepción a su muerte natural --añade el texto--. Aparte de un principio de ética cristiana, este es un principio de civilización humana».
«Esperemos que esta experiencia dramática sensibilice fuertemente a la opinión pública sobre la dignidad humana y lleve a una tutela más eficaz de la vida en el ámbito jurídico», concluyó Navarro-Valls.
El cardenal Renato R. Martino, presidente del Consejo Pontificio de la Justicia y de la Paz, ha definido la muerte de Terri como «un homicidio ante el que no se puede asistir indiferentes sin convertirse en cómplices».
Para el cardenal, se ha tratado de «una injusta condena a muerte de un inocente, con una de las formas más inhumanas y crueles, por hambre y sed».
Un portavoz de la familia dijo que Terri Schiavo, la mujer con daño cerebral que levantó una polémica en Estados Unidos acerca del derecho a morir, falleció el jueves en Florida, a los 41 años, informó Reuters.